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El Pariacaca: Divinidad Andina

El Apu Pariacaca fue una de las principales divinidades de la sierra central, e inclusive de la zona de la costa limeña. Es conocido el camino Inca desde el Santuario de Pachacamac hasta el Pariacaca que era recorrido por pobladores de la costa para rendirle triubuto a la divinidad andina y visceversa, por pobladores del ande para rendirle culto al costeño Pachacamac.

Nevado Pariacaca

Nevado Pariacaca

Según el Manuscrito quechua de Huarochiri en tiempos muy remotos nació en aquella región el dios Pariacaca en forma de cinco huevos de halcón aparecidos en Ia cima del cerro Condorcoto. Adoptó forma humana y partio hacia la cordillera nevada, donde habitaba Huallallo Carhuincho, el dios del fuego y los sacrificios humanos. El propósito de Pariacaca era vencer a esta divinidad que se alimentaba de sangre humana para fundar una nueva era a pantir de sus descendientes y de sus linajes.
Durante la batalla, Pariacaca tomó la apariencia del rayo atacando en cinco sitios diferentes. Al vencer, el lugar que antes habitara Huallallo Carhuincho fue cubierto por las aquas y se convirtió en Ia laguna de Mullucocha. Las Iluvias bajaron hacia el mar, arrasando todo a su paso. Para escapar, Huallallo adoptó Ia forma de un ave e ingresó en las entrañas del cerro Caquiyoca. Entonces, Pariacaca y sus cinco hermanos atacaron Ia montaña con rayos, haciendo huir a Huallallo por Ia quebrada cercana al cerro de Pumarauca. Allí, tomó la forma de un caqui (loro) y volvió a amenazar a Pariacaca, pero fue nuevamente derrotado.
Pariacaca era la divinidad de las lluvias torrenciales, aquellas que producen los temidos huaicos. Era, además, asociado al dios del rayo. Esta multiplicidad de atributos es tipica de las divinidades andinas. Su santuario estaba situado al pie del nevado que ahora Ileva su nombre y acudían para la celebración de su culto no solo los serranos, sino todos los habitantes de los valles bajos de la costa central. Una de las particularidades del culto a esta huaca es que realidad se trataba de un personaje múltiple pues nacieron al mismo tiempo cinco Pariacacas. Esta parentela se complejiza aún más si tomamos en cuenta que estos personajes tenían descendencia igualmente sagrada siendo todos ellos antepasados fundadores los ayllus del antiguo Huarochiri. Vemos asi que los dioses y los hombres tienen entre sí vínculos de parentesco simbólico.

El nevado sagrado Pariacaca. En Ia vista se aprecia el ángulo desde el cual muchos cronistas y viajeros del siglo XVI lo describieron como una “silla de montar”.

FRAGMENTO DEL ANONIMO DE HUAROCHIRI SOBRE PARIACACA
“…. De los cinco huevos que el dicho Pariacaca puso en la montaña (Condorcoto) volaron cinco halcones. Esos cinco halcones se convirtieron en hombres y se echaron a andar. Y como escucharon tanto de las cosas que habían hecho los hombres y como diciendo “soy dios “ se hicieron adorar (…) cuando ya Pariacaca tomó figura humana y hubo crecido, se hizo grande, empezó a buscar a su enemigo. El nombre de su enemigo era Huallallo Carhuincho, devorador de hombres (…) como Pariacaca estaba formado por cinco hombres, desde cinco direcciones hizo caer torrentes de lluvia (….) después de las mismas direcciones empezaron a salir rayos(…) y como el agua iba a desbordarse, algunos hombres de debajo de Llacsachurapa derribando una montaña contuvieron el agua. Asi, contenida el agua formó una laguna que es la actual Mullucocha. Tomado de Manuscrito quechua de Huarchirí, traducción de J.M. Arguedas.

El grupo de andinismo Aire Puro está organizando una excursión de 4 días al Pariacaca para la segunda semana de Octubre, los interesados pueden comunicarse con ellos.

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Dioses Andinos: El Panteón regional andino

Durante el incanato hubo todo un panteón de dioses andinos que fueron parte la religiosidad de nuestros antepasados. No sólo fue el culto al dios Inti ni a los elementos los que guiaron su espiritualidad.

Viracocha (Wiracocha)
Viracocha (Wiracocha) era la deidad más destacada entre los dioses del ámbito andino. Es posible que su gran difusión se debiera a que los religiosos católicos buscaban un nombre para explicar a los naturales el concepto de dios. Además, añadieron a su nombre otras palabras a fin de recalcar su calidad de ser supremo.

Wiracocha

En el Tahuantinsuyo, el culto a Viracocha fue muy restringido, pues aparte del templo de Quisuar Cancha eran pocos los santuarios dedicados en su honor y todos estaban emplazados en a zona del Cusco. Su imagen se encontraba también en el Coricancha, y según los cronistas existía cierto contrapunto entre el culto a Viracocha y el culto al Sol. Al parecer, en ciertos mementos de la historia inca prevaleció Ia adoración de uno sobre otro. Los cronistas señalan que Ticci Viracocha vino de Tiahuanaco y creó unos seres a su semejanza. Algunas versiones mencionan que él hizo el mundo; que en su peregrinaje llegó a Cacha donde sus habitantes trataron de matarlo; él se arrodilló, levantó las manos al cielo e hizo bajar de lo alto un fuego que abrasó la comarca. Luego, siguió su camino y Ilegó a Puerto Viejo y Manta, donde so encontró con sus servidores y se embarcó con ellos por la mar. En este tipo de relatos, hay coincidencia en mencionar que Viracocha – Wiracocha es el dios supremo o hacedor del mundo.

En un relato que nos ilustra mejor la idea andina de Viracocha, Molina el Cusqueño menciona a dos de sus servidores quo fueron enviados a Llamar a Ia gente para que saliera de sus pacariscas. Estos eran Imaymana Viracocha y Tocapu Viracocha; pero primero menciona a Ticci Viracocha y a Caylla Viracocha Caylla es Ia orilla e extremo de una cosa, pero también es Ia pareja de una cosa, lo que lo señala como hermano de Ticsi. El nombre de este último significa origen o principio y, también, lo que está boca abajo o trastornado, lo cual también es un concepto indígena pues nos remite a un caos que debe ser remediado.

Estaríamos, pues, frente a una pareja de divinidades masculinas unidas a diferentes conceptos con un sentido de orden, pero también de trastorno, de oposición a lo establecido el otro par de viracochas nos remite a oficios específicos. La voz tocapu o tocapo señala prendas textiles muy finas. No extraña que Ia ruta tomada por Tocapu Viracocha en los relatos sea Ia de los Ilanos y esté relacionada con el adelanto textil de Ia costa. Imaymana tomó el camino de los Andes y fue dando nombre a los árboles, flores y frutos, y enseñando a los pobladores las virtudes y los peligros do las plantas. Es entonces una divinidad relacionada con la medicina mágica o Ia producción agrícola vinculada con aspectos mágicos y curativos.

ILLAPA
Era otra de las divinidades principales del mundo andino. Recibía distintas denominaciones al parecer, Illapa era el nombre que se le daba en el quechua cusqueño; mientras que Chuqui Lla era un equivalente yunga; así como Libiac lo era en el quechua de la sierra norte. Se creía que era un hombre que estaba en el cielo armado con una honda y una porra y que tenia el poder de hacer llover, granizar y lanzar truenos, además de dominar todo lo que pertenecía a Ia región del aire donde se hace los nublados. Según el padre Acosta, el trueno era la huaca principal para todos los indígenas del Peru y le ofrecían en sus sacrificios niños y llamas, entre otras cosas.

El Padre Cobo menciona que el trueno tenía hijos y hermanos, y que sus estatuas, confeccionadas con mantas, se hallaban en altares separados en el templo del Sol. En las fiestas solemnes las ponían cerca de la de Viracocha y la del sol. Molina dice que el ídolo del trueno, del relampago y del rayo era Chuqui Illapa, a quien rogaban para que enviara las anheladas lluvias y alejara el granizo de sus campos. Durante las ceremonias del mes de mayo sacrificaban también a Illapa, cuyo ídolo tenia forma de persona, aunque no se le veía el rostro.
En realidad las ceremonias dedicadas al rayo comenzaban antes de la época de lluvias —dependiendo de Ia zona—, entre los meses de octubre a diciembre. Estas se realizaban con el propósito de propiciar el normal suceso de Ia época Iluviosa, tratando de alejar las tempestades y el granizo que malograban los cultivos. Asi también se hacían ceremonias al rayo en los meses de febrero y marzo, para rogarle por Ia culminación a tiempo de Ia temporada húmeda; igualmente, por razones del ciclo agrícola. Finalmente, se le agradecía en el mes de mayo cuando se trataba de un año provechoso, cuando se comenzaba a realizar Ia gran cosecha anual de productos.

PACHACAMAC
Los cronistas coinciden en afirmar que Pachacámac era el dios más importante de la costa central. Su templo era visitado por numerosos peregrinos y en sus depósitos abundaban ofrendas. Gran parte de su prestigio se debía a sus oráculos y vaticinios que eran visitados desde tierras muy lejanas.

Tamplo de Pachacamac

Tamplo de Pachacamac

Antes de La conquista cuzqueña, en las cuencas inferiores de los ríos Lurin y Rimac existian varios curacazgos pequeños, sujetos al dominio del centro religioso de Pachacámac. El grupo étnico era conocido como Ychma, y es posible que se adorara al idolo principal con ese nombre. Los valles de Ia costa central fueron incorporados a los dominios incas bajo el gobierno de Túpac Yupanqui. Se cuenta que el Inca lloró en el vientre de su madre y la coya tuvo la revelación de que el hacedor del mundo estaba en los yungas, en el valle de Irma o lzma (Ichma).

La conquista del centro ceremonial tuvo el carácter de una peregrinación y durante cuarenta días el Inca ayunó antes de hablar con la divinidad. La conquista serrana estableció el cambio de nombre tanto del curacazgo como posiblemente del mismo ídolo entonces se llamó Pachacámac. Otra medida ordenada por el Inca fue Ia construcción de un templo en honor del Sol. El nuevo santuario fue denominado Punchao Cancha o Templo del dia, para distinguirlo de los templos cusqueños.
El padre Calancha narra el mito de la lucha entre Pachacámac y Vichama de cerca de Huaura. Según este, en los principios del mundo Pachacámac creó una pareja humana, pero no les dio alimentos. éI murió de necesidad y Ia mujer se quejó amargamente ante el Sol, por sus penurias. Luego, fue fecundada por el astro niño. Pachacámac se encolerizó por la intervención de su padre, el Sol; cogió al niño y lo despedazó. Para que no faltara qué comer sembro los dientes del niño, de los que broto el maiz, de sus huesos nacieron las yucas; de su cuerpo los pepinos, pacaes y otras frutas. Asi se inició la abundancia en los llanos. Sin embargo su madre seguia llorando por Ia pérdida de su hijo, entonces el Sol volvió a intervenir y con el ombligo del niño lo resucitó con el nombre de Vichama, Villama o Vichma. Se debe cuenta que las continuas ausencias de Vichama y el dejar sola a su madre relacionan a este dios con el mismo sol y a Ia madre con Ia Tierra, que queda desamparada cuando el Sol desaparece. Durante una de las ausencias de Vichama, Pachacamac mató a la mujer y abandonó su cadáver a los gallinazos y buitres. A su regreso, Vichama le devolvió Ia vida. El Sol representa la posibilidad de Ia tierra de reverdecer con nuevas cosechas, un mito muy vinculado a los ciclos agrarios. Es probable que los naturales creyeran que el sacrificio de Vichama y de la madre tierra eran necesarios para que de sus profundidades surgieran las semillas y los tubérculos.
Por otro lado, el cronista Pedro Pizarro, menciona que diariamente se echaban grandes cantidades de sardinas y anchovetas en la plaza de Pachacámac, para alimentar a los gallinazos y a los cóndores que vivian cerca del templo, Esto sugiere Ia idea de que el cadáver de la madre de Vichama fue entregado a estos animales. Seria, entonces, un rio sustitutivo por el cual los peces tomaban el lugar del cuerpo destrozado. Otro cronista, Miguel de Estete, menciona que el templo de Pachacámac era una buena casa, bien pintada con una sala muy oscura y hedionda con un Ydolo hecho de palo.

Con relación al Dios Pachacámac, destaca también el culto a la zorra (añas) mencionado en varios mitos. Cristóbal de Albornoz señala que los ychma veneraban a una zorra muerta Ilamada Tantanamoc, cuyo cuerpo disecado se encontraba cerca de Ia puerta del templo de Pachacámac. Por su parte, el padre Calancha menciona un ídolo en forma de zorra confeccionado en fino oro, que los españoles encontraron en uno de los templos de Pachacámac.

Hermann Trimborn vincula el zorro a la noche, come oposición al culto solar, y a los animales vinculados a este come el cóndor, el halcon y el puma, animales heliacos. Por otro lado, las luchas entabladas entre Pachacámac y Vichama (lchma?) y el hecho de ser ambos mencionados come hermanos hijos del Sol, sugiere una oposición de los personajes, representando en conjunto Ia eterna lucha entre Ia noche y el dia. Pachacámac, además, poseía un atributo que le relacionaba con el mundo de abajo, ya que el Dios yunga producía movimientos de la tierra, según su voluntad, y su ira o desagrado se manifestaba en las ondas sismicas. La llamaban por ello Pachacuyuchic, aquel que hace temblar Ia tierra.

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Los mitos de origen de los incas: Las leyendas de Manco Cápac y Mama Ocllo y los Hermanos Ayar

El origen de los Incas sigue siendo uno de los más grandes misterios, lo poco que sabemos está basado en 2 leyendas las cuales llegaron oralmente a los oidos de los cronistas: las leyendas de Manco Capac y Mama Ocllo y la de los Hermanos Ayar
Las diversas informaciones proporcionadas por los cronistas de los siglos XVI y XVII permiten tener una idea de la forma como los incas explicaban los orígenes del Tahuantinsuyu. Los relatos recopilados por dichos autores remiten a un conjunto de antepasados, masculino y femeninos; entre los cuales destaca la figura de Manco Capac. Todos estos relatos dicen que dichos personajes originalmente habitaron en lugares alejados del valle del Cusco, lo que indica que se trataba de un grupo de conquistadores advenedizos. La llegada al Cusco de los grupos capitaneados par Manco Capac, en este sentido, es presentada como el fin de una larga peregrinación y de luchas interétnicas que tuvieron como propósito encontrar tierras propicias para la agricultura y Ia edificación de ciudades.
Existen varias versiones recogidas por los cronistas sobre el episodio original del pueblo inca. Seguramente la mas difundida es aquella compuesta por Gracilazo de la Vega, quien escribió acerca del mito de Manco Capac y Mama Ocllo. El cronista mestizo cuenta que tras emerger de las aguas del ago Titicaca, la pareja mítica se dirigió hacia el norte con el objetivo de encontrar el valle donde fundarían un gran estado. Esta fue la promesa que les había hecho su padre mítico, el dios Sol.
En su larga caminata, la pareja de hermanos arribó al pueblo de Pacarec Tampu o Pacarictambo- la posada del amanecer — donde pasaron una noche en el interior cueva. Al dia siguiente, Manco Cápac ordeno a sus seguidores poblar este lugar, por haberles servido como refugio. No obstante su largo peregrinaje no habría de terminar alli, siguiendo, siempre en dirección norte, continuaron con la caminata y Ilegaron al cerro Huanacari, que se yergue sobre el valle del Cusco, cerca de donde se hallaba asentada entonces la primitiva aldea de Acamama. En este lugar, la vara mágica que portaba Manco Capac, al ser lanzado con dirección al valle, se hundió en el terreno, indicando con ello el Sol, había reservado para la pareja mítica. Asentados en el valle, los hermanos fueron reverenciados coma hijos del Sol y llamaron inmediatamente la atención por sus conocimientos y habilidades. Los naturales del lugar los acogieron como sus gobernantes y aceptaron fundar con ellos un nuevo estado. Una vez realizado este acto fundacional Manco Cápac y Mama Ocllo instituyeron el orden, las ciencias y las artes, convirtiéndose en los héroes civilizadores de la región. Se dice que Manco Cápac reunió a todos los hombres y les enseño las artes de la guerra y la construcción de cana de riego y terrazas de cultivo. Mama Ocllo por su parte, convocó a las mujeres y las instruyo en el ate del tejido y Ia agricultura.
Esta versión posee elementos que nos hacen pensar que Gracilazo de la Vega, en realidad, habría transformado una tradición indígena con elementos especialmente dirigidos para llamar la atención de sus lectores europeos. En la versión garcilasiana, los héroes fundadores cusqueños son presentados como los grandes civilizadotes del mundo andino, responsables de haber sacado de la barbarie a los pueblos que antecedieron a la fundación del Cusco, Garacilaso – descendiente de los incas por vía materna – proyecto una imagen idealizada del Tahuantinsuyu, presentándolo como una sociedad política y económicamente bien organizada, donde no se conocían el hambre ni la escasez; mas bien, se vivía en función de la explotación racional de los recursos de una justa distribución de la riqueza.
Se sabe perfectamente ahora, gracias a las recientes investigaciones realizadas acerca del mundo andino, que la cultura en esta región es milenaria y que no existió el estado de barbarie que Gracilazo atribuye a la época preincaica. Igualmente, se sabe que el estado inca, habiendo alcanzado un alto nivel de desarrollo afronto serios problemas sociales durante el tiempo en que estuvo vigente debido a las pugnas internas por el poder y a las dificultades propias de todo pueblo conquistador.

Manco Capac: El primer Inca
LOS OCHO HERMANOS AYAR

Existe también otra version del relato fundacional que es menos grandilocuente, pero al mismo tiempo, más andina. Se trata del mito de los hermanos Ayar, recogido por varios cronistas, entre los que podemos citar a Juan de Betanzos, Pedro Cieza de Leon, Felipe Guaman Poma, Juan Santa Cruz Pachacuti y Pedro Sarmiento de Gamboa.
La historia de los hermanos Ayar se inicia a seis leguas del Cusco, en el cerro Tambotoco ubicado cerca del antiguo pueblo de Pacarictambo, cuyo nombre quechua significa posada de Ia producción o posada del amanecer según diferentes interpretaciones. El cerro poseía tres cuevas o ventanas conocidas Maras Toco, Sutic Toco y Cápac Toco, de las cuales, según Ia tradición oral, aparecieron en forma espontánea los grupos étnicos Maras, Tampus y Ayar respectivamente. Los hermanos Ayar llevaban los siguientes nombres Ayar Uchu, Ayar Manco, Ayar Cachi y Ayar Auca. La onomástica de los tres primeros se encuentra claramente relacionada con los alimentos sumidos cotidianamente por los incas y parece evocar un viejo culto a Ia tierra y sus frutos.
Ayar, según el diccionario de Gonzales Holguin, significa quinua silvestre; probablemente se trate de la cañihua (Chenopodium pallidicaule aellen), cuya forma silvestre es conocida en Ia region del lago Titicaca come ayara o quitacañihua. Uchu corresponde al aji (Capsicum annuum); Manco a un antiguo cereal caído en desuso (Bromas mango) y Cachi a la sal, condimento de uso muy difundido en los Andes. El cuarto hermano, Ayar Auca, deriva su nombre de Ia actividad guerrera (auca, guerrero).
Estos cuatro varones del grupo de los Ayar, salieron de Cápac Toco acompañados de sus hermanas Mama Ocllo, Mama Raua cura o Cura y Mama Huaco, quien tendría una participación destacada durante la conquista del Cusco. Los ocho hermanos, junto a sus ayIlus, iniciaron Ia búsqueda del lugar apropiado donde establecerse, recorriendo de sur a norte punas y quebradas en el territorio que actualmente pertenece a la provincia cusqueña de Paruro. Si bien el relate de los Ayar presenta un grupo que deambula sin un lugar fijo de residencia, los personajes centrales nunca dejaron de realizar practicas agrícolas. Cuando los hermanos llegan a una localidad, se quedaban en ella cultivando por algunos años; una vez conseguidas sus cosechas, retomaban la marcha. El primer paradero fue el paraje de Guaynacancha, a cuatro leguas del Cusco. Alli, Mama Ocllo quedo encinta por obra De Ayar Manco.
Tras permanecer algún tiempo sembrando, pasaron a la localidad de Tamboquiro, donde nació el príncipe Sinchi Roca. El siguiente destino fue Pallata, donde residieron por varios años hasta que se trasladaron a Haysquisrro; en este último lugar se tramo una conspiración contra Ayar Cachi.
El temor que Cachi despertaba en sus hermanos – sus poderes mágicos le permitían derribar cerros y formar quebradas con un solo tiro de su onda- motivó que estos decidieran deshacerse rápidamente de él con engaños lo convencieron de que regresara a Tambotoco para recoger el napa (insignia del señorío), unos vasos de oro Ilamados topacusi y ciertas semillas que habían olvidado en Ia cueva Cápac Toco. Una vez que Ayar Cachi penetró en Ia cueva, un enviado de sus hermanos llamado Tambochacay cerró Ia entrada con bloques de piedra, quedando el mítico hondero atrapado para Siempre.
Los conspiradores continuaron Ia travesia por las serranias cordiileranas. Al Ilegar a Quirirmanta, al pie de un cerro, los Ayar celebraron un consejo, en el que decidieron que Ayar Manco, en cuanto se casara con Mama Ocllo, se convertiria en el jefe, y quo Ayar Uchu permanecería en ese Sitio transformado en una huaca principal Ilamada Huanacauri.
En el sistema do creencias andino Ia petrificación no era entendida como una desaparición o muerte; era una forma de sacralizar a un personaje. Al asumir una naturaleza lítica, Ayar Uchu se convertía en un ser sagrado un consejero quo permitía Ia comunicación entre el mundo celestial y el terrenal.
El viaje continuó hasta quo arribaron a Matagua, donde realizaron por primera vez la ceremonia del Huarachicuy —iniciación de los jóvenes nobles a la vida adulta , horadando las orejas del príncipe Sinchi Roca. Antes de abandonar el pueblo, la fortisima y diestra Mama Huaco, quien se constituía en uno de los principales caudillos del grupo, decidió probar suerte lanzando hacia el norte dos varas de oro; ellas indicarian si el terreno era propicio para asentarse. La primera de las varas cayó “a dos tiros de arcabuz —al decir de los cronistas— en Colcabamba, pero no logró penetrar en el suelo debido a su dureza; la segunda tuvo más suerte: tras caer en un terreno conocido como Guaynapata se hundió suavomente. Cabe señalar que aunque existen otras variantes del mito en las que se atribuye a Ayar Manco el lanzamiento del bastón fundacional, todas coinciden en señalar a Guaynapata como el lugar elegido para fundar el asentamiento de Ia capital inca.
Después de algunos intentos fallidos para Ilegar al paraje señalado por la vara todos ellos repelidos por Ia resistencia de los naturales, Ayar Manco ordenó a AyarAuca. el guerrero, que se adelantase y lo poblase en nombre de sus ayllus. Cumpliendo Ia orden de su hermano Manco, Ayar Auca voló hacia Guaynapata. En este lugar, al pisar un terreno cercano al que posteriormente ocuparía el Coricancha, el guerrero quedo convertido en piedra. Aquí nuevamente se hacen presentes elementos andinos en el relato: según creencias bastante difundidas en los andes, las huancas o piedras sagradas eran mojones que indicaban la toma de posesión de un lugar. Se entiende entonces que, al quedar petrificado, Ayar Auca representaba la ocupación efectiva del sitio elegido.
Finalmente tras algunos enfrentamientos con las poblaciones locales, Ayar Manco tomo posesión definitiva del lugar junto a los ayllus de sus hermanos. En ese momento cambió su nombre por el de Manco Capac.

Mama Ocllo

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5 de junio: Día de las respuesta de Bolognesi y el plan secreto que nunca funcionó en la Batalla de Arica

El 5 de junio de 1880, ocurrieron 2 hechos históricos previos a la Batalla de Arica. El primero fue el famoso telegrama enviado al inefable Coronel Segundo Leiva por parte del Coronel Francisco Bolognesi en el que decía «Apúrate Leiva» , pidiendo ayuda de las tropas que habían salido de Arequipa para apoyarlos y que nunca llegaron. El segundo hecho fue la propuesta de rendición hecha por los chilenos.
A las 7 de la mañana el mayor chileno Juan de la Cruz Salvo llegó a la casa que habitaba Francisco Bolognesi al pie del Morro en Arica y que hoy es consulado peruano en Arica. Fue recibido por el coronel con quien conversó por breves momentos. El emisario chileno expresó que el jefe del Ejército Chileno quería evitar un inútil derramamiento de sangre, ya que el grueso del ejército aliado había sido vencido en Tacna, Salvo dijo que tenía el encargo de pedir la rendición de la plaza «cuyos recuersos en hombres, víveres y municiones conocemos».
La respuesta de Bolognesi fue: «Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho». Cuando Salvo hizo ademán de retirarse para dar por terminada su misión, Bolognesi le advirtió que había dado un punto de vista personal y que debía consultar con sus jefes, por lo cual enviaría su respuesta a las 2 de la tarde. Salvo no aceptó esta demora. Bolognesi le anunció que haría la consulta de inmediato y en presencia del jefe chileno. La respuesta fue «Quemaremos el último cartucho»
Alfonso Ugarte ofreció un banquete a Bolognesi y demás jefes de la guarnición, el historiador Gerardo Vargas califica esta reunión como «El juramento de los héroes».
El misterio de las minas de Arica
El alférez Francisco Gavíria Gómez relató: Con la dinamita se colocó gran cantidad de minas, de algún poder bien determinado, en los distintos puntos donde era presumible que entrase el enemigo y, en algunos sitios, formando una triple defensa. También se pusieron en el Morro, en Cerro Gordo y aun dentro de la población. Todas con sus alambres subterráneos hasta una oficina colocada junto al cuartel del Morro; de manera que de ahí era fácil manejarlas o, mejor dicho, hacerlas estallar a voluntad por medio del aparato eléctrico correspondiente.Estas obras de defensa constituían el principal media por el cual creíamos que Arica sería inexpugnable; que antes que fuese tomada por la abrumadora fuerza enemiga, volaríamos junto con ella. Vana ilusión, Sí; cuando llegó el momento, el día 7 de junioa, de estar ya arrollados por el enemigo y volar juntos ¡nada! El encargado a la voz del comandante More de «Fuego a santabárbara» tocó los botones y nada…habían sido cortados los alambres!
Bolognesi al percatarse de que no estallaron las minas exclamó colérico: «Estamos perdidos»
Hay 2 hipótesis: una que los alambres habían sido colocados a flor de tierra y el enemigo s percató, otra que Teodoro Elmore (ingeniero peruano capturado cuando pretendía colocar minas cerca al morro) dió el dato a los chilenos. La primera de las versiones es más verídica, ya que Elmore no contaba con información sobre la ubicación de todas las minas (lo hicieron 4 personas).

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