Su marca insignia fue un juego de palabras. Las etiquetas de todas sus prendas de vestir evolucionaron hasta que finalmente se acuño Topy Top como el sello de la familia huancavelicana Flores. No contento con ser uno de los principales exportadores de confecciones peruanos, Aquilino Flores, cabeza de este grupo empresarial, decidió abordar al mercado interno con su cadena de retail Topitop. Hoy, no hay peruano que no tenga en su clóset un polo de alguna de su mix de marcas.
Los Flores han impuesto su moda con prendas de alta calidad, diseños de vanguardia y sobre todo buenos precios que ha seducido hasta a los compradores compulsivos de los centros comerciales más exclusivos de Lima. Los negocios no son un simple juego y tampoco son empresarios que están de moda.
Y así como los Flores pasaron de la confección a la venta minoristas, Antonio Huancaruna, patriarca de la Corporación Perales Huancaruna (Perhusa), la principal exportadora de café, decidió hacer más productivo su negocio e incursionó en el negocio de las cafeterías. Así, haciendo competencia a conocidos café como Starbucks y McCafè, Perhusa abrió su primer local bajo el nombre Altomayo en el centro comercial Mega Plaza y tiene proyectado abrir otros más en el interior del país. Al igual que Flores, el crecimiento de Huancaruna en los últimos años ha sido exponencial.
¿Pero quiénes son estos grupos que van creciendo a la velocidad de la luz? Algunos los llaman emprendedores y otros, conscientes de que se trata de empresas que quieren incursionar en las liga mayores, prefieren llamarlos grupos emergentes. “Se trata de una nueva generación de líderes empresariales”, dice Miguel Ferré, director del PAD-Escuela de Dirección. “Antes había una oligarquía social y también empresarial, hoy esa oligarquía se ha roto”.
¿Y qué otra particularidad poseen? Pues a diferencia de los grupos económicos tradicionales, los emergentes no están ligados con el statu quo convencional y al ser post 90 han tenido que competir con otras reglas de juego y un terreno llano para todos.
“Son grupos familiares del interior del país y de un país emergente. Generalmente vienen de una base popular asentada en el interior del país”, dice Alejandro Indacochea, economista de Centrum Católica. “Tienen muchas etapas por experimentar. Estos nuevos grupos están viviendo la primera generación, aún no se habla de sucesión o protocolo familiar, lo cual será una prueba del fuego para ellos. Muchos de estos se consolidarán o pueden ser absorbidos”.
Para César Arbe, socio principal de Forsyth & Arbe Abogados, generalmente los grupos económicos emergentes están integrados por empresarios nacidos en provincia, que han desarrollado y han crecido en territorio peruano y que en algunos casos tienen presencia regional.
Es el caso del Grupo Flores con Topitop, que ya tiene presencia en Venezuela y Colombia. O de los Oviedo, grupo de hermanos cusqueños que en los últimos meses han dado que hablar por sus negocios en las empresas agroindustriales Pomalca y Tumán y también por el boom de los supermercados “Mega” en ciudades como Apurímac.
TAREAS PENDIENTES
No obstante, aunque muchos de estos grupos son noticia diaria por sus logros empresariales, muchos coinciden en que a pesar de que se trata de conglomerados con un alto grado de emprendedurismo, su nivel de profesionalización es aún incipiente.
“Se habla bastante de ese tipo de grupos, pero creo que todavía no han llegado a una dirección clara”, dice Francisco Durand, sociólogo especialista en grupos de poder. “Es más un fenómeno de prensa, que cuenta la historia de empresarios del interior del país que han tenido éxito en la capital. Esto atrae a la gente y por razones ideológicas hay que presentarlo, porque representa un éxito en el mercado local”.
De otro lado, el riesgo latente en los grupos emergentes es que son empresarios que en muchos casos no le dan toda la importancia al manejo técnico y profesional del negocio. Además, varios de estos grupos económicos emergentes dependen de una sola actividad, lo cual desde el punto de vista estratégico los convierte en conglomerados muy vulnerables.
No obstante, hay grupos que ya han dado el primer paso para diversificar sus actividades. Es el caso del Grupo Torvisco, manejado por los hermanos Alejandro, Nemecio, Prudencio Torvisco, que tras llegar a la capital desde su natal Apurímac en la década de los 80, se dedicaron al negocio de la fabricación de pinturas, bajo su marca Anypsa. Este año su proyecto de producción de bebidas (cervezas, aguas y gaseosas) estará a punto de concretarse.
Pero eso no es todo. Los Torvisco también han echado su buen ojo en los negocios en el sector retail. De este modo, bajo el nombre de “Uniko” inaugurarán su primer supermercado en su centro comercial “Imperio”, que construyen en el distrito de Puente Piedra, al norte de Lima. Este proyecto les ha demandado una inversión de US$ 15 millones y ya piensan hacer lo mismo en otros distritos como Carabayllo y Huachipa.
MÁS MADUROS
Y mientras algunos de estos grupos “emergentes” ya han cumplido la mayoría de edad y tienen varios proyectos para desarrollar, aún no se puede asegurar que estén libres de todo peligro en el mundo de los negocios. “Estos grupos se mantienen un poco en la sombra, porque si levantan la cabeza se van a volar a través de compras o adquisiciones”, dice Roberto Paiva, profesor de estrategia empresarial de la Universidad del Pacífico. “Tratan de ubicarse en un segmento del mercado donde no sea una amenaza para un grupo grande”.
Para Edmundo Beltrán, socio principal de la firma Deloitte, la tarea pendiente que existe en estos grupos es que tienen que complementar lo que están haciendo. “Todavía hay una alta participación de familia que en cierta forma podría estar restando agilidad en la toma de decisiones”, dice.
HABILIDAD ANTE TODO
Sin embargo, no todo son malas noticias para los grupos económicos emergentes. Muchos ya han dado lecciones de cómo hacerlo. La primera visión que se tiene es que el mercado está copado para sus negocios. No obstante, muchos han tenido la habilidad de encontrar en un determinado sector alguna variable que la competencia o las grandes empresas estén descuidando.
Un ejemplo de esto es Ajegroup, que en momentos de convulsión social vio una oportunidad de negocios para surtir de bebidas gaseosas a los poblados donde las grandes trasnacionales no llegaban. Ya una vez superada esta crisis, el grupo se asentó en la capital y al competir en iguales condiciones, decidieron rediseñar su estrategia por un tema de precios. De este modo, con su emblema de precio justo lograron democratizar el consumo de las bebidas carbonatadas que años atrás era un lujo exclusivo de los más pudientes.
“Todo esto depende de la habilidad del empresario, pero también de su conocimiento para sacar la mayor ventaja y rentabilidad”, dice Beltrán de Deloitte. Y es que en este tipo de movidas empresariales se ve de qué madera están hechos estos jóvenes grupos económicos.
Y si para los grupos más grandes los temas principales son la internacionalización y la compra de empresas, para los emergentes el objetivo es la consolidación. Respecto de la crisis internacional, según Alejandro Indacochea de Centrum Católica, no todas son malas. “(Algunas crisis) han sacado a grupos para que se internacionalicen logrando que la inversión familiar de las transnacionales peruanas salgan finalmente al exterior”, dice. Por lo pronto, muchos grupos aún ven gran potencial en el interior del país. Unos pocos ya cruzaron la frontera, pero su nivel de expertise determinará si van por un buen camino.
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